miércoles, 9 de noviembre de 2011

POR GUSTO


Se puso el par de cristales sobre la nariz para poder leer el documento que le acababa de llegar, su entrecejo se frunció al leer las primeras tres palabras y su anciana esposa le pregunto:
-¿Pasó algo malo?-
Y el respondió con un seco si
-¡pero dime ¿qué?!-
- que la carta no es para mí-

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